viernes, 8 de julio de 2011

Carta por la festividad de San Isidro

Alabado sea Jesucristo
Queridos hermanos y amigos:

Un año más celebramos el patronazgo de San Isidro, el agricultor bueno y fiel, que nos enseña a vivir la actualidad de un mundo en el que ayer y hoy podemos ser modernos y profundamente cristianos. Son días de dar gracias a Dios por todo cuanto nos concede, a pesar de la dura situación que atravesamos por la crisis moral que desemboca en la sociedad y la economía.

Quiero invitaros desde estas líneas a mirar hacia delante, a caminar con esperanza, poniendo en Dios nuestras ilusiones, trabajando duro como lo hacéis, y no dejándoos desalentar por nada. Confiar en Dios supone siempre poner nuestra vida en quien nunca nos abandona, en el único que es consuelo en la dificultad y fuerza y ánimo para caminar.


Pido a Dios especialmente por todas las familias de nuestro pueblo, y recuerdo de manera especial a las que sufren por la falta de trabajo; pongo ante Dios a tantos niños y jóvenes que en lo profundo de su corazón le buscan y aún no le han encontrado. Tengo presentes a nuestros mayores impedidos y a los enfermos; a los hermanos que han llegado a nuestra tierra procedentes de otros lugares del mundo y encuentran dificultades para regularizar su situación social.

Deseo que estos días sean de paz y alegría para todos, pues el Dios de la vida y Señor de la historia camina junto a nosotros, y ha querido ponernos bajo la protección de un hombre que brilla desde el cielo, haciendo que nuestras cosechas y frutos sean abundantes si nos dejamos irradiar por su luz; los frutos de la tierra, y sobre todo, los del corazón.

Felices fiestas y un fuerte abrazo de vuestro párroco.

José María Sánchez García.